Si te estás preguntando qué es el Yin yoga, hoy te lo explicamos. Y, además, te ofrecemos la posibilidad de aprenderlo en nuestro centro, Lemon Yoga, de la mano de Elena Sepúlveda.
El Yin yoga se introdujo en la sociedad occidental en los años 70, de la mano de un campeón de artes marciales que practicaba yoga taoísta y que creó esta variante.
Lo que diferencia el Yin yoga del Hatha o del Vinyasa yoga es que se trabajan los músculos y las fascias de forma pasiva. El foco no está puesto en pasar de una postura a otra de forma dinámica sino en asanas que están específicamente diseñadas para trabajar el tejido conjuntivo y conseguir, así un estiramiento profundo.
Por tanto, el tiempo de cada asana es bastante más largo que otras disciplinas de yoga. Se suelen mantener cada postura entre 2 y 5 minutos, normalmente usando el suelo y la gravedad como apoyo..
El Yin y el Yang: equilibrio perfecto
El Yin yoga está influenciado por el taoísmo y por la Medicina Tradicional China, por tanto, nos parece pertinente hablar del concepto del Yin y el Yang para poder explicar mejor qué es el Yin yoga.
La energía Yin está relacionada con características como: lo frío, lo lento, pasivo, lo femenino, la tierra, la noche.
Por el contrario, la energía Yang tiene que ver con el elemento fuego, con el sol, el día, lo masculino, la acción, la rapidez…
Estas dos energías opuestas conviven en nosotros y en la naturaleza. Si están en equilibrio, significa que estamos sanos. Por eso los expertos recomiendan combinar la práctica de disciplinas más activas y más Yang, como el yoga Vinyasa con prácticas más pasivas y lentas como el Yin yoga. Sobre todo si nuestro estilo de vida es muy “Yang”.
Además, si eres profesor de yoga. Al formarte en yin yoga podrás ofrecer a tus alumnos muchas más herramientas y variedades en su práctica. Te desmarcarás de muchos otros instructores de yoga, ya que no muchos profesionales en Sevilla tienen estos conocimientos.
¿Qué es el Yin yoga y cuáles son sus beneficios?
Como explicábamos más arriba, en el Yin yoga las asanas se sostienen de forma pasiva entre 2 y 5 minutos, normalmente usando el suelo y la gravedad como apoyo. Por supuesto, si observamos que falta flexibilidad o hay algún bloqueo en las articulaciones se pueden usar bloques, mantas, bolsters o cojines para ayudarnos a mantener la postura.
El objetivo final es conseguir un estiramiento profundo y calmar nuestra mente y nuestro sistema nervioso. Pero, ¡atención! Que sea una práctica pasiva no significa que no tenga sus desafíos. Mantener algunas de las asanas de Yin yoga durante tanto tiempo requiere de un alto nivel de concentración y resistencia.
Aquí es donde la respiración y la atención plena se hacen más importantes que nunca. Si consigues mantener una respiración pausada y consciente durante la práctica, conseguirás beneficios físicos y también mentales. La sensación de relajación será equivalente a la de una hora de meditación.
La principal sensación que sentirás será la de alivio. Tanto físico como emocional. Es una práctica maravillosa para bajar el ritmo y cultivar la escucha interna. Todo un bálsamo para nuestro ritmo de vida habitual, tan exigente y acelerado.
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